Laura siempre había tenido una conexión especial con la naturaleza desde su infancia. De niña, pasaba horas jugando en el jardín de sus abuelos, trepando árboles y observando insectos. Esos momentos de exploración y libertad quedaron grabados en su memoria como una fuente de felicidad pura. Sin embargo, a medida que creció y la vida se volvió más compleja y ocupada, se fue alejando de esos espacios naturales que solían ser su refugio.

Un día, durante una de sus sesiones terapéuticas, Laura decidió compartir estos recuerdos con su psicóloga mientras caminaban por un parque cercano. «Cuando era niña, solía pasar mucho tiempo al aire libre. Me sentía tan libre y feliz,» recordó con una sonrisa melancólica. «Siento que he perdido esa conexión con la naturaleza y conmigo misma.» Esta conversación marcó el inicio de su exploración más profunda de cómo la conexión con la naturaleza podía influir en su bienestar emocional y físico.

El impacto de la naturaleza sobre la salud mental

Desde la psicología ambiental, sabemos que los entornos naturales tienen un impacto positivo en la salud mental. Los estudios han demostrado que pasar tiempo en la naturaleza puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. Además, la exposición a la naturaleza mejora la función cognitiva y aumenta la creatividad. Pero hay más formas, menos convencionales, de aprovechar los beneficios de la naturaleza.

A día de hoy, muchos estudios corroboran la eficacia de actividades realizadas en la naturaleza.

¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?

1. Baño de Bosque Virtual: Cuando no es posible acceder a entornos naturales, la tecnología puede ayudar. Existen aplicaciones y plataformas en línea que ofrecen experiencias de inmersión virtual en la naturaleza. Utilizan videos de alta calidad y sonido envolvente para transportar a las personas a bosques, playas y otros entornos naturales. Estas experiencias pueden reducir el estrés y mejorar el bienestar, casi como una visita real. Un estudio publicado en Scientific Reports encontró que la exposición a videos de la naturaleza puede reducir significativamente el estrés y mejorar el estado de ánimo.
2. Geocaching: Si has ido de campamento siendo niña, seguro que recuerdas las gymkanas por el bosque. O siendo adulta, puede que te hayas apuntado a carreras de orientación. Esta actividad combina la tecnología con la exploración de la naturaleza. Geocaching es una búsqueda del tesoro al aire libre en la que las participantes usan dispositivos GPS para esconder y encontrar recipientes llamados «geocachés» o «caches». No solo fomenta la actividad física, la diversión, y el tiempo al aire libre, sino que también añade un elemento de aventura y descubrimiento. Investigaciones han demostrado que actividades como el geocaching pueden aumentar la actividad física y promover el bienestar mental
3. Huertos Terapéuticos: Los huertos terapéuticos son espacios diseñados para el cultivo de plantas con el objetivo específico de mejorar la salud mental y física. Estos huertos se pueden encontrar en hospitales, escuelas y comunidades, ofreciendo un lugar donde las personas pueden cultivar sus propias plantas, aprender sobre jardinería y disfrutar de los beneficios terapéuticos del contacto con la tierra. Un estudio de la International Journal of Environmental Research and Public Health encontró que la jardinería terapéutica mejora significativamente la salud mental y reduce los síntomas de depresión y ansiedad.
4. Baños de Sol: Similar a los baños de bosque, los baños de sol implican pasar tiempo al aire libre disfrutando de la luz solar. La exposición moderada al sol ayuda a producir vitamina D, que es esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico. Además, la luz solar puede mejorar el estado de ánimo y regular el ritmo circadiano, promoviendo un mejor sueño. «Tomar el sol por unos minutos al día me revitaliza y me ayuda a sentirme más conectada con el mundo,» reflexiona Laura, mientras sigue su proceso terapéutico. Según un estudio publicado en Environmental Health Perspectives, la exposición a la luz solar natural está asociada con una mejor regulación del estado de ánimo y el sueño
5. Caminar Descalzo (Earthing o Grounding): Esta práctica implica caminar descalzo sobre superficies naturales como césped, arena o tierra. Se cree que el contacto directo con la tierra puede transferir electrones de la tierra al cuerpo, lo que ayuda a reducir la inflamación y mejorar el bienestar. Caminar descalzo también puede proporcionar una sensación de libertad y conexión con la naturaleza. «Caminar descalza sobre la hierba me hace sentir más centrada y relajada,» añade Laura, notando cómo esta simple práctica ha transformado su conexión con el entorno natural. Un estudio publicado en el Journal of Environmental and Public Health sugiere que el earthing puede reducir el dolor y la inflamación, y mejorar el sueño y el bienestar general.

Otras actividades curiosas y divertidas

1. Micoterapia en la Naturaleza: La micoterapia es el uso de hongos medicinales para mejorar la salud. Entre estos, la microbacteria Bacillus subtilis juega un papel interesante. Esta bacteria, comúnmente encontrada en el suelo, ha sido vinculada con la producción de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Al interactuar con el suelo durante actividades como la jardinería, las personas pueden exponerse a Bacillus subtilis, potencialmente mejorando su estado de ánimo. «Trabajar en mi pequeño huerto no solo me relaja, sino que también me hace sentir más feliz,» comenta Laura, reflejando en su progreso. Un estudio publicado en Behavioral Processes encontró que la exposición a bacterias del suelo como Bacillus subtilis puede aumentar la producción de serotonina y mejorar el estado de ánimo.
2. Ecoterapia con Animales: Algunas terapias en la naturaleza incorporan la interacción con animales, como la equinoterapia (terapia con caballos) y la terapia asistida con perros. Estas actividades no solo conectan a las personas con la naturaleza, sino que también les permiten beneficiarse de la compañía y la interacción con los animales, lo que puede mejorar el bienestar emocional y reducir el estrés.
3. Exploración Subacuática: Para los amantes del agua, la exploración subacuática, como el esnórquel o el buceo, ofrece una forma única de conectarse con la naturaleza. Explorar la vida marina y los ecosistemas subacuáticos puede ser una experiencia profundamente meditativa y educativa.
4. Cultivo de Microbios: Más allá de la micoterapia, algunas personas se aventuran a cultivar microbios beneficiosos en casa para mejorar su salud. Esta práctica, que puede incluir la fermentación de alimentos o la preparación de probióticos caseros, ayuda a enriquecer la microbiota intestinal, lo cual tiene un impacto positivo en la salud mental y emocional.

Recopilando:

Al experimentar con estas estrategias innovadoras, las personas pueden encontrar nuevas formas de conectar con la naturaleza y beneficiarse de sus efectos rejuvenecedores. Para Laura, por ejemplo, la práctica del geocaching se convirtió en una actividad favorita que le permitió explorar nuevos lugares y disfrutar de la aventura al aire libre.

«Nunca pensé que buscar pequeños tesoros escondidos pudiera ser tan emocionante,» dice Laura, tras, por sugerencia de su psicóloga apuntarse a esta actividad. «Cada salida se siente como una pequeña aventura y me ayuda a desconectar del estrés diario.»

Además, Laura descubrió los beneficios de los baños de sol. Al pasar tiempo al aire libre disfrutando de la luz solar, experimentó una sensación de energía y renovación. «El sol tiene una manera de revitalizarme completamente,» reflexiona. a conexión con la naturaleza es una herramienta poderosa para el bienestar emocional y físico. Los entornos naturales ofrecen un respiro del estrés y la sobrecarga sensorial de la vida moderna, proporcionando un espacio para la reflexión y la claridad mental. A través de diversas actividades innovadoras y curiosas, las personas pueden beneficiarse de los efectos rejuvenecedores de la naturaleza de maneras inesperadas y emocionantes.

«Estoy aprendiendo a ser paciente conmigo misma,» comenta Laura. «El cambio no ocurre de la noche a la mañana, pero cada pequeño paso cuenta. Estoy agradecida por este viaje y emocionada por lo que vendrá.»

En resumen, integrar la naturaleza en la vida diaria puede promover el autocuidado, la autenticidad y el bienestar. Con cada paso en la naturaleza, una persona puede sentirse más conectada consigo misma y más empoderada para vivir una vida equilibrada y plena. La naturaleza no solo nos cura, sino que también nos recuerda nuestra esencia más pura y auténtica, guiándonos hacia una vida más significativa.