Hay muchas situaciones que pueden hacer que se atraviese por un momento de duelo; la pérdida de un ser querido, la ruptura de pareja, despidos, el traslado de ciudad o de país (duelo migratorio), etcétera. Algunas teorías sobre el duelo diferencian entre el duelo real (sentir la falta de algo o alguien que ha desaparecido) y el duelo simbólico (sentir la pérdida de la relación con alguien o algo estimado).
El duelo se puede definir como el proceso emocional de adaptación a una nueva situación tras una pérdida. En palabras de J. Bowlby, psicoanalista inglés experto en el estudio del apego, el duelo son «todos aquellos procesos psicológicos, conscientes e inconscientes, que la pérdida de una persona amada pone en marcha, cualquiera que sea el resultado» (Bowlby, 1993). Melanie Klein hace otra aportación a la definición del duelo. Para ella el proceso de duelo supone una alteración de la relación de la persona con los recuerdos y representaciones mentales de aquello que se ha perdido.
El duelo tiene diferentes etapas, por eso se habla de elaboración del duelo, que comienza con la muerte o desaparición de lo amado y acaba con la superación emocional de esta situación. La elaboración del duelo va a venir determinada por otras circunstancias como la relación afectiva con aquel (o aquello) que se ha perdido, parentesco, grado de dependencia, tipo de pérdida (por ejemplo: accidental, tras momentos de agonía y angustia), creencias religiosas o filosóficas, apoyo y soporte social que se tenga, experiencias anteriores de duelo…
Además, el duelo tiene también manifestaciones a nivel fisiológico (como la ansiedad, sentirse tenso, o apático y sin energía ), cognitivo (pensamientos sobre la perdida) y conductual (llorar, aumentar o disminuir el nivel de actividad) y social (salir más con amigos o aislarse).
Etapas del duelo
Tradicionalmente se ha dividido el duelo en 5 etapas que son las siguientes:
- Negación: Consiste en no asimilar lo ocurrido durante un periodo de tiempo variable que puede durar desde horas hasta años. Es un mecanismo de defensa que los humanos ponemos en marcha de forma inconsciente y que conlleva la incredulidad o la no conciencia de lo que ya no está. Podríamos decir que la persona se encuentra en estado de shock. Un ejemplo de algo que puede ocurrir en esta etapa podría ser cuando una persona tiene la sensación momentánea de escuchar o ver a un ser querido que ha fallecido. En esta primera etapa puede aparecer el Duelo bloqueado
- Ira: Aparece como producto de la sensación de vacío que queda tras la pérdida. Se siente falta de apoyo y soledad que a su vez genera rabia hacia uno mismo, hacia otras personas, hacia las creencias que se tienen… Es habitual preguntarse «¿Por qué?» («¿Por qué me pasa esto a mi?», «¿Por qué me han dejado?», «¿Por qué no puede ser diferente?»)
- Culpa: En esta etapa, la persona que ha sufrido la pérdida comienza a buscar culpables de lo sucedido y suele acabar auto-culpándose y responsabilizándose de acciones que, en muchas ocasiones, no pudo llevar a cabo. Es habitual encontrar pensamientos recurrentes como » Si lo hubiera sabido antes habría podido hacer algo», «Si no le hubiera dicho esto», «Si hubiera actuado de otra manera». En esta etapa pueden aparecer ansiedad, lastima por uno mismo, angustia y pueden tenerse pesadillas y dolor físico… Está etapa es una de las más difíciles de superar para la mayoría de las personas.
- Tristeza o depresión: En esta etapa la persona comienza a recordar momentos de su vida antes de perder algo o a alguien, para ello puede, por ejemplo, usar fotos, objetos, ropa, etc. que tengan un significado emocional, que facilitan la aparición de emociones como la nostalgia o la melancolía. Así, se puede ir cayendo en estados depresivos, y sentir mucha tristeza. Conforme pasa el tiempo y como consecuencia de la asimilación y progresivo ajuste (adaptación) a la pérdida, va planteándose el futuro pero, dado que la persona se siente vacía sin el ser querido, se enfrenta a un miedo intenso y puede ocurrir que no sea capaz de concebir un después sin su ser querido («¿Qué hago yo ahora?»). Para Freud cuando se experimentan estas emociones durante el duelo porque se pierde a nivel afectivo algo o alguien significativo y eso supone perder una parte de uno mismo, de su mundo interno o de su estructura personal.
- Aceptación: Es la última etapa en la que finalmente se acepta la pérdida y se consigue rehacer la vida sin aquello o aquel estimado. Aparecen estados de resignación ante lo ocurrido, lo que propicia que la persona vuelva a realizar las actividades de la vida cotidiana, comienza a tomar decisiones sobre su presente y futuro y se siente tranquila y con un estado de ánimo eutímico.
Debemos tener en cuenta que el duelo es una experiencia íntima e individual y cada persona hará una elaboración del duelo diferente (dependiendo de variables de tipo personal, como el carácter de la persona o sus ideas, y de tipo relacional, como el apego y vínculo con lo perdido, pudiendo estar más o menos tiempo en cada etapa, pudiendo quedarse estancado en alguna de ellas o saltarse alguna. En ocasiones, esto puede llevar a la aparición del llamado duelo patológico.
Duelo patológico
Si bien la mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar sus duelos, a veces se encuentran duelos complicados y duelos patológicos que requieren la intervención de personal especializado.
Un duelo se complica por diversas razones: Bien porque la persona no comienza la elaboración (duelo bloqueado) o porque se ve desbordada por las emociones y el dolor y trata de evitarlo (por ejemplo mediante el consumo de alcohol y drogas, se centra en el trabajo o tiene una vida social muy activa (pudiendo provocar trastornos depresivos o ansiosos), puede que la persona no supere alguna de las fases o no sienta todas las emociones que debieran sentirse o no cómo debiera ocurrir, lo que hace que se reexperimente el dolor tras acontecimientos que revivan la perdida, es decir, la persona queda traumatizada (esto se llama duelo retrasado o pospuesto) o, incluso, puede ocurrir que aparezca un duelo enmascarado: «se somatiza el duelo», aparecen síntoma físicos y conductas que provocan dificultades pero no se es consciente de que se debe a la perdida no superada.
También puede ocurrir que la persona se quede «estancada» en alguna fase y su proceso de duelo no avance y no acabe. No se amolda a la nueva situación, no acepta el dolor. El duelo se cronifica y se vuelve patológico.
Según el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se puede hablar de duelo patológico cuando pasado un tiempo desde la perdida, se continúan manifestando varios de los siguiente síntomas a diario durante al menos 6 meses:
- Pensamientos recurrentes e intrusivos sobre lo perdido.
- Dolor incontrolable por la separación.
- Añoranza y profunda tristeza
- Confusión acerca de la propia vida
- Sentir que se ha perdido una parte de sí mismo.
- Dificultad para aceptar la pérdida.
- Evitación de emociones y recuerdos.
- Falta de confianza en los demás.
- Amargura o enfado.
- Culpa por hacer una vida normal.
- Apatía.
- Sentir que la vida es frustrante, vacía o no tiene sentido sin lo perdido.
- Sentirse como «atontado», aturdido o conmocionado.
Además de estos síntomas, debe haber una grave alteración de la vida social, laboral, académica o en la realización de actividades importantes (aseo personal, cuidado doméstico…).
Cuando un duelo se cronifica, los psicólogos acompañan al individuo en la re-elaboración del duelo. Para ello, se provee un espacio en el que a través de la palabra y la empatía, generando un vinculo y un entorno en que se sienta seguridad, se pueda reflexionar y experimentar el dolor, se pueda identificar porqué no se puede avanzar. Poco a poco se van resolviendo los posibles traumas que interfieran en el proceso, para lograr finalmente, no olvidar lo perdido, sino recordarlo sin sufrimiento.
«Una escucha honesta es la mejor medicina que podemos ofrecer al que pasa dolor».
Jean Cameron
Rosa I. Hidalgo-Barquero Torres.
Referencias:
Bowlby, J. (1993). La pérdida afectiva. Tristeza y depresión. Barcelona: Paidós
Cabodevilla, I. (2007). Las pérdidas y sus duelos. Anales Sis San Navarra. 30 (3). Recuperado el 11 de diciembre de 2017, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272007000600012
Duelo (psicología). (2017). Es.wikipedia.org. Recuperado el 11 de diciembre de 2017, de https://es.wikipedia.org/wiki/Duelo_(psicolog%C3%ADa)
Perez, M. Duelo. Proceso individual, proceso familiar y proceso social. Caritasvitoria.org. Recuperado el 11 de diciembre de 2017, de http://www.caritasvitoria.org/datos/documentos/Material%20Duelo-magdalena.pdf