El 8 de Marzo es el Día Internacional de la Mujer y, un día como hoy la pregunta es: ¿Por qué las mujeres paramos y por qué esto se ha convertido en el eslogan de este día?
El origen de la conmemoración de este día lo encontramos en el siglo XIX, donde las mujeres, en el contexto de la industria textil protagonizaron sucesos importantes que marcaron un antes y un después. Comúnmente se relaciona este día con el desgraciado hecho acontecido el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Shirtwaist de Nueva York, donde murieron un total de 123 mujeres, jóvenes e inmigrantes. Sin embargo, este no fue el único acontecimiento ocurrido, pues años antes, el 8 de marzo de 1857, un grupo de trabajadoras de una industria textil salieron a las calles de Nueva York a protestar por sus míseras condiciones laborales y a reivindicar sus derechos, convirtiéndose así en una de las primeras manifestaciones feministas y quizá sea este momento el que da lugar, tiempo después, a elegir el 8 de Marzo como el Día Internacional de la Mujer.
No obstante,
Han sido muchos los movimientos que han precedido o continuado esta «lucha» y, para quien quiera saber más, aquí se pueden encontrar una serie de libros que sin duda, amplían esta información y abren muchos debates en los que hoy, aquí, no se entrará.
¿Por qué se ha elegido la frase de nosotras o las mujeres #paramos?
El 24 de octubre de 1975, en Islandia, el 90% de las mujeres reivindicaron sus derechos secundando una huelga laboral y de cuidados y, puesto que las mujeres representan la mitad de la población, cuando ellas pararon, el sistema se paró y se colapsó: los bancos, las guarderías y escuelas, las fábricas o las tiendas tuvieron que cerrar, pues sólo con el trabajo de los hombres no era suficiente para atender la demanda de servicios; otros, no cerraron, pero los hombres tuvieron que encargarse de cuidar de todas las personas dependientes a la vez que trabajaban… A ese día se le llamó el «Día Libre de la Mujer» y marcó un antes y un después para este país. Con esta iniciativa se pudo visibilizar la importancia del papel de las mujeres en la sociedad y cambió la forma de pensar de una población entera. Así, cinco años más tarde, Vigdis Finnbogadottir, se convirtió en la primera presidenta mujer elegida democráticamente. Actualmente, Islandia es un país donde más igualdad formal y real existe, siendo también pionero en legislar y poner fin a la brecha salarial.
¿Por qué hoy las mujeres #paramos?
Se mire desde donde se mire, la mujer en nuestra sociedad se sigue viendo discriminada en muchas áreas de su vida y de su desarrollo. Podríamos decir que la igualdad formal comienza a existir (cada vez son más los textos jurídicos y legislativos que intentan romper con la discriminación de las mujeres y regulen esta situación de desigualdad), cuando hablamos de equidad y de igualdad real y efectiva, la cosa cambia mucho:
- Contexto familiar. Quizá este sea uno de los ámbitos, junto con el laboral, donde más se ha puesto de manifiesto la necesidad de reivindicar los derechos de las mujeres. Si bien es cierto que día a día son más los hombres que se corresponsabilizan (lo cual es lógico puesto que se ha de entender las tareas del hogar y de cuidado y crianza como algo propio de las dos personas que componen la pareja y no sólo de una de ellas), las mujeres siguen siendo en demasiados casos las que tienen el rol de cuidadora y «ama de casa», lo que implica, por ejemplo, asumir «la doble jornada» o renunciar a su desarrollo personal, social y profesional por dedicarse a la familia. También, desgraciadamente, ellas siguen sufriendo violencia de sus parejas o exparejas.
- Contexto educativo. En lo que se refiere a la educación, por suerte cada vez más mujeres en el mundo tienen acceso a ella, representando algo más del 50% de la población universitaria. Sin embargo, una vez más, las mujeres son invisibilizadas en este contexto. Algunos ejemplos son que tan sólo hay un 21% de catedráticas en universidades españolas; que a pesar de los grandes logros de las mujeres en la historia de la humanidad se desconocen y no se estudian estos logros (es cierto que todo el mundo conoce a Marie Curie por ganar un doble Nobel, o a Rosa Parks por sentar las bases de un sistema no racista en el que no hubiera segregación, pero, ¿quien conoce a Gertrude B. Elion, sin la que no sería posible el trasplante de órganos o a Françoise Barré-Sinoussi que ha dedicado su carrera a la lucha contra el VIH? ¿aparece Clara Campoamor, que consiguió el voto femenino en España, en los libros de Historia?). Otro ejemplo es cómo los libros de texto siguen utilizando el genérico masculino en lugar de buscar palabras neutrales para describir aquello que se explica (¿o es que no se podría decir «la población/sociedad griega» o «el pueblo griego» en lugar de «los griegos»?). Por último, aunque la perspectiva de género ya está incluida a nivel formal en el currículo educativo, no se invierten recursos, principalmente económicos, en formar al profesorado, por lo tanto, todavía no es una realidad, esto hace que se sigan perpetuando los estereotipos y roles de género.
- Contexto sanitario: Una vez más, la mujer ha sido olvidada en los estudios médicos y, aunque progresivamente se la va incluyendo, las mujeres siguen sufriendo las secuelas de este retraso en la investigación del funcionamiento y patología del cuerpo femenino. Así, enfermedades como la Endometriosis, siguen siendo difíciles de diagnosticar.
- Contexto social: Las mujeres padecen la discriminación en entornos sociales. Su cuerpo se utiliza como producto en campañas publicitarias (en anuncios televisivos o en las discotecas cuando se utiliza el eslogan «las chicas entran gratis»)y en otros contextos (como la explotación sexual femenina, la prostitución), las mujeres sufren agresiones verbales y físicas cuando están en la calle (en el peor de los casos se hablaría de agresión sexual, pero también encontramos el acoso callejero y los micromachismos) y no pueden disfrutar de estos entornos sin correr el riesgo de ser tratadas de forma discriminatoria o denigrante.
- Contexto laboral: Son muchos los conceptos que se pueden utilizar para hablar de la desigualdad a la que se enfrentan las mujeres en el mundo del trabajo: techo de cristal (limitación en cuanto al ascenso a puestos de trabajo superiores dentro de una organización), brecha salarial, segregación horizontal (dificultad que tienen las mujeres para acceder a determinadas profesiones) y vertical (dificultad para desarrollarse a nivel profesional), feminización de la precariedad laboral (son las mujeres las que más sufren las consecuencias de la precariedad laboral, las que tienen peores condiciones laborales, más trabajos temporales y no reconocidos)…
- Contexto institucional: En este ámbito, las mujeres padecen lo que se llama «violencia institucional», esto es, ser cuestionadas, no escuchadas, no protegidas e incluso culpadas, cuando se dirigen a las instituciones públicas a ejercer nuestros derechos. Un caso que ejemplifica esto sería el de la jueza que preguntó a una presunta victima de agresión sexual si había cerrado bien las piernas.
Si bien estos serían los principales, no se pueden olvidar otros ámbitos como el deportivo. El deporte ha sido tradicionalmente «cosa de hombres» y cuando las mujeres logran destacar en este ámbito, no suele haber la misma cobertura mediática que si el logro fuera de un hombre: Un ejemplo muy actual es el de Ana Peleteiro, que ha conseguido ganar medalla de bronce en Triple Salto en el Mundial de Pista Cubierta.
¿Cómo afecta esto a las mujeres?
En esta situación cabe plantearse qué consecuencias tiene esto para las mujeres. En cuanto a las secuelas derivadas de las violencias machistas y de la desigualdad y discriminación encontramos entre otras:
- Culpa y vergüenza
- Fatiga y sobrecarga mental
- Miedo
- Inseguridad
- Tristeza y apatía
- Tensión muscular
- Rabia y agresividad
- Desordenes psicológicos y psiquiátricos como la Depresión, la Ansiedad, Trastornos Obsesivos, Trastornos Somáticos, Fobias o el Trastorno de Estrés Postraumático.
- Dependencia de sustancias
- Suicidio
- Alteraciones del estado de la conciencia: pérdidas de memoria, disminución de la atención…
- Trastornos del sueño
- Indefensión aprendida
- Aislamiento
- Baja autoestima
- Bajo autoconcepto
- Sentimiento de inadecuación y de ineficiencia: sentimiento de inmovilidad respecto a la propia vida.
«No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.»
Mary Wollstonecraft Shelley ( 1797-1851. Narradora, dramaturga, ensayista, filósofa y biógrafa británica)
Rosa I. Hidalgo-Barquero Torres
Referencias:
CUBAS, M. (2017). La universidad española lejos de la paridad en las cátedras. ELMUNDO. Recuperado el 8 de marzo de 2018, de http://www.elmundo.es/grafico/sociedad/2017/09/27/59b8e122268e3eae4f8b4672.html
Día Internacional de la Mujer: ¿Qué pasó el 8 de marzo de 1857?. (2018). elperiodico. Recuperado el 8 de marzo de 2018, de https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20180307/dia-internacional-de-la-mujer-6672998
Ramírez, C. (2018). El día que las mujeres pararon Islandia en 1975. El Huffington Post. Recuperado el 8 de marzo de 2018, de http://www.huffingtonpost.es/2018/03/07/el-dia-que-las-mujeres-pararon-islandia-en-1975_a_23379115/
Remancha, B. (2018). Qué leemos esta huelga: cómo el movimiento feminista ha convertido en estrellas a Beauvoir, Federici y Despentes. eldiario.es. Recuperado el 8 de marzo de 2018, de https://www.eldiario.es/cultura/libros/huelga-feminista-beauvoir-federici-despentes_0_747176315.html