Mañana, 26 de septiembre, termina el plazo previsto para la acogida de refugiados por parte de España y, ni nuestro país, ni Europa cumplirán los compromisos adquiridos. ¿ Cómo afecto esto a nivel psicológico a las personas que se están viendo afectadas?
Son muchas las organizaciones que en los últimos meses vienen pronunciándose y reclamando que nuestros gobiernos cumplan con aquello a lo que se comprometieron en julio de 2015 pues, según los datos que se barajan, España, a un día de finalizar el plazo de acogida de refugiados, tan sólo ha reubicado a un 11’4% de los 17.337 refugiados estaba previsto acoger.
Dejando las cifras de lado y centrándome en «lo humano», ¿qué secuelas puede tener este incumplimiento de la Unión Europea y España para los afectados por la crisis de refugiados?
Consecuencias psicológicas de la crisis de refugiados.
Los efectos de vivir (y sobrevivir) a una situación de estas características se relacionan con dos escenarios diferentes:
- La guerra y el terrorismo: Como resultado de estas dos circunstancias, probablemente se encuentre que las personas que buscan asilo en nuestro país o en cualquier otro de nuestro entorno manifiesten:
- Indefensión aprendida. Este termino fue propuesto por Seligman y se refiere al estado de pasividad que presentan las personas que se han visto expuestas a violencia y abusos continuados. Debido a que todos los intentos por cambiar su situación se ven frustrados, dejan de intentar cambiar lo que les ocurre. Esto suele venir acompañado también de sentimientos de miedo e inseguridad.
- Apatía o lo que es lo mismo, falta de interés o desmotivación para llevar a cabo las actividades cotidianas, incluso cuando antes resultaban placenteras.
- Trastornos ansioso-depresivos producidos por el constante estado de alarma en el que se encuentra el organismo y las perdidas a las que se enfrentan estas personas (a veces se les arrebatan o abandonan sus hogares y sus pertenecías, además de perder a seres queridos. En muchas ocasiones no llegan a elaborar el duelo por estas perdidas encontrándonos después «duelos patológicos»). Además, aquellos que se ven afectados por estas situaciones pueden desarrollar otras patologías como los ataques de pánico.
- Consumo y abuso de fármacos o sustancias nocivas como el alcohol.
- Trastornos psicosomáticos. Toda la tensión y ansiedad acumulada «brota» en forma de síntomas físicos como los dolores de cabeza o estomago, afecciones de la piel…
- Quizá uno de las consecuencias más habituales y más dañinas sea el Trastorno de estrés postraumático.
- En los casos más extremos, estados disociados. Esto, que en principio es un mecanismo de defensa o de adaptación, puede acabar suponiendo un distanciamiento a nivel emocional de la situación que provoca malestar, negando las emociones asociadas a un hecho ocurrido (por ejemplo, se niega la tristeza por la perdida de un ser querido).
- La migración forzada: Es habitual encontrar en las personas que migran el llamado «Síndrome de Ulises«, también denominado duelo migratorio. Así, las personas que lo padecen presentan los siguientes síntomas:
- Ansiedad, angustia y depresión. Aquellos que abandonan sus países suelen tener sentimientos de diversos tipos: soledad, vacío, miedo a lo desconocido, culpa, ira, impotencia, tristeza… Asimismo, deben asumir muchas perdidas y adaptarse a una nueva sociedad en la que se puede llegar a sentir aislados (por ejemplo, si no conocen el idioma). Todo ello, sin una asistencia adecuada, puede conllevar el desarrollo de estados ansiosos y depresivos.
- Riesgo de suicidios. En los casos más extremos, generado por lo mencionado en el punto anterior, pueden llegar a tener ideas suicidas.
- Consumo y abuso de fármacos o sustancias nocivas como el alcohol.
- Trastornos psicosomáticos. Esta es la principal forma de detección de este cuadro patológico.
- Trastornos del sueño. Producto de la ansiedad y de los sentimientos tan dispares que padecen, suelen sufrir insomnio, pesadillas y otras alteraciones de la calidad del sueño.
- Confusión: Suelen presentar también dificultades en áreas cognitivas como la atención, la memoria o la orientación entre otras.
Además de todo esto, en su andadura, los refugiados pueden enfrentarse al choque de culturas, con situaciones en las que quedan atrapados en campos de refugiados con condiciones de vida extremas y , a veces, deben luchar con los prejuicios y actitudes xenofobias de las poblaciones que los reciben, lo que les puede desestabilizar más a nivel psicologico y emocional, agravando todo lo anteriormente expuesto.
Rosa I. Hidalgo-Barquero Torres
Referencias:
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España no ha dicho «welcome» a los refugiados, y ahora ¿qué? – 20minutos.es. (2017). 20minutos.es – Últimas Noticias. Recuperado el 25 de septiembre de 2017, de:http://www.20minutos.es/noticia/3143045/0/espana-acogida-cuota-refugiados-union-europea/
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¿Qué es el Síndrome de Ulises?. (2013). Unobrain. Recuperado el 25 de septiembre de 2017, de: http://www.unobrain.com/blog/unobrain/que-es-sindrome-ulises